Mi rincón de la siesta

Hemos reciclado unos palets que estaban ocupando sitio, con ellos y unos listones de madera hemos hecho una valla para el jardín de unos 40 cm de altura.

Para empezar hemos cortado las maderas de la parte superior del palet en trozos de 40 cm, que serán las piezas verticales de la valla, habrá que deshechar las partes que esten agujereadas o tengan mal aspecto.

Para hacer una de estas piezas verticales cogemos uno de los extremos y lo dejamos recto, este será la parte inferior de la pieza, y el otro extremo, que será el destinado a la parte superior, lo hemos redondeado con una sierra de calar quedando de esta forma.

Dependiendo del tipo de palet deberían salir entre 10 y 14 trozos por palet. Para nuestra valla vamos a utilizar unos 40 trozos.

Después lijamos todas las piezas para conseguir un acabado fino y suave, para que la pintura se adhiera bien a la superficie.

Con unos listones de madera de 240x35x18 cm vamos a hacer las piezas horizontales que nos servirán de fijación para las piezas verticales y para hacer las estacas de fijacion al suelo del jardín.

Cuando los listones y las piezas verticales estén lijados procederemos a pintarlas con el color seleccionado. Es recomendable dar de 2 a 3 capas de pintura ya que la madera, y más la de palet, suele absorver bastante cantidad.

Se le puede pintar algun dibujo o detalle a algunas de las piezas verticales para que no quede la valla de un solo color, dibujos de flores o insectos, por ejemplo.

Una vez pintadas las piezas es el momento de ensamblarlas. Lo primero será presentarlas para tomar la medida de separación a la que situaremos las piezas verticales unas de otras. Para ello pondremos los listones dandole la separacion justa, en este caso 30 cm, e iremos poniendo las piezas verticales y tomando medidas para que la separacion entre estas sea la misma.

Una vez tomadas las medidas de separación de cada pieza vertical, entre 15 y 20 cm, las fijaremos con tornillos para madera con la medida justa para evitar traspasar la valla por la parte delantera. Atornillar siempre por la parte trasera de la valla, así evitaremos que se vean los tornillos y quedaran ocultos trás la valla.

* NOTA: Es importante dejar sin poner las piezas verticales de los extremos y la central de la valla, ya que estas irán fijadas de otra forma junto con los tornillos de las estacas de fijación.

Una vez atornilladas las piezas, es el momento de fijar las piezas verticales de los extremos y la parte central con los listones a las estacas que fijarán la valla al suelo. Las fijaciones las haremos con listones de madera de unos 45 cm de largo que irán también atornilladas por la parte trasera de la valla.

Les cortaremos uno de los extremos en forma de punta que será la partes que irá clavada en el suelo del jardín, las lijamos y pintamos.

Como la parte de la punta irá clavada y en contacto con la tierra del jardín, y en nuestro caso tenemos cesped, para evitar que la madera coja humedades, pintamos la parte que irá clavada al suelo con caucho liquido o pintura antigoteras, que plastifica la madera evitando que entre en contacto con la humedad de la tierra y acabe pudriéndose. Hay de varios colores, nosotros lo pintamos de verde y así se disimula con el cesped del jardín.

En los extremos y partes centrales podemos poner las piezas verticales a las que hemos hecho algún dibujo, si fuera el caso.

Atornillamos las estacas con unos tornillos para madera más largos y que fijen las 3 piezas, con cuidado de no perforar la parte delantera de la valla.

Solo falta clavarla al suelo y ya esta lista, este es el resultado: 

Cayo en nuestras manos un tipico lavabo antiguo de estos del año la polka, que se utilizaba para lavarse lo justo y que estaba en un estado lamentable. El mueble llevaba mucho tiempo olvidado en una casa de campo y además mal cuidado,  asi que nos decidimos a restaurarlo, sin saber muy bien por donde empezar. El lavabo tiene un espejo giratorio con una palangana y una jarra, dos cajoneras, dos repisas y dos toalleros en los lados.  

Tuvimos que desmontar algunas de sus piezas para trabajar con él de una manera mas cómoda.  

Empezamos por darle una mano de decapante a todo el artilugio, para hacerle saltar todo el polvo y la suciedad acumulados con el tiempo y asi, ayudarnos tambien a quitar el antiguo barniz con el que habian pintado el lavabo y que estaba muy consumido y desgastado por el paso del tiempo, y lo dejamos secar.

Despues procedemos a rascar el decapante, con unas paletinas, para quitar la mayor cantidad de pintura posible, intentando no dañar el mueble de manera excesiva.

Comenzamos entonces el proceso de desbastado, que consiste en quitar la pintura que no hemos podido rascar en el proceso de decapado. Para ello utilizamos una lijadora eléctrica con una lija especial para desbastar, con cuidado de no dañar la madera ya que estas lijas son muy abrasivas y se comen la madera muy rapidamente.

Una vez desbastado el mueble pasamos al siguiente paso, el lijado de refinado. Para esto le pasamos otra vez la lijadora eléctrica con una lija más fina para dar un acabado refinado. Se repasan las partes difíciles a las que acceder, como molduras y pequeños detalles mediante lija de mano.

Cuando terminamos de lijar el lavabo, añadimos unos detalles a la parte frontal y a las cajoneras y comenzamos a darle una primera mano de pintura con un barniz de color caoba.

Una vez dada la primera mano se da un ligero lijado para refinar las asperezas, y se le vuelve a dar una mano de barniz.

Cuando terminamos de barnizarla, volvemos a montar todas las piezas del mueble, cambiando los clavos viejos y oxidados por unos nuevos. Lo limpiamos bien y le ponemos unas toallas y unos complementos de baño, a falta de ponerle al marco el espejo y arreglar la palangana y la jarra de agua.

Y este es el resultado de nuestro nuevo mueblecito decorativo para la casa, asi nos ha quedado.

Ademas nos lo hemos pasado genial restaurando este antiguo palanganero.

A partir de ahora tenemos un aseo más para las visitas.

Esperamos que os haya gustado